No sólo nos gusta escribir lo que pensamos, si lo escrito no es leído, ¡para qué esforzarse buen amigo!, de
poco vale en el papel plasmado, lo que pensamos, sin compartirlo.
Por más que lo intento, no logro ni puedo, controlar el pensamiento, qué poder tiene el fuego, loque prende sigue ardiendo, y no se apaga con el mejor de los bomberos.